Y se escapan volando los últimos acordes,
y no volveré jamás a ser tu guía,
por la senda perdida de la melancolía
rebajo con agua tus últimos abrazos...
Entre versos y poemas de mediodía,
entre la piel y el corazón
anudo los sentimientos con tacto y pasión
No podré verte más esperándome en la acera,
quizás algún día te llame,
bajarás del cielo y con besos en los labios,
romperemos esta injusta espera.
Y sí, volveré a por ti si hace falta,
naufragaré mi barco para poder verte,
robaré, y si es menester me perderé
por el mundo en busca de tu suerte.
Alejandro de Queitano.
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