1 de marzo de 2012

Agridulce

Le ayudé a que se descolgase de aquél limonero,
pues cualquier limonar no es bueno.
Yo solo pretendía que se liberase de aquél árbol,
que se expandiese por el campo de la vida, y
si un día, de recaída, se perdía,
yo podría ser la semilla del nuevo limonero.


Pues ya que de limones va la cosa,
podemos hacer limonada con lo que sobra,
y en esa unión tan agria,
tendré disculpa para cogerte con los ojos cerrados.


Así que el escozor del limón fusionado,
al final acaba endulzando una historia de amor.


ALEJANDRO Q.

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