27 de febrero de 2012

Hoy, el día está nublado...

Hoy, el día está nublado: los contornos
dejan de pertenecernos, suponiendo
que alguna vez los hayamos hecho nuestros.

Hoy, el día y el cielo son nubes;
la niebla perenne, inaccesible,
que nos invita a la catalepsia, solo
es traspasada por avezados
que entran para salir, tiempo después,
desfigurados.

"Niebla asesina, hiriente o mutilante",
comenta el loco.

"Niebla misteriosa, cuyas sorpresas
se reducen a la barrera infranqueable
de una gran muralla",
llora el frustrado.

"Niebla para mantenerse ajeno";
el cauto previene.

"Grisacea niebla, perenne y densa,
que transitamos, muros que sorteamos
indefinidas veces y el cieno
que nos encierra y asfixia, finalmente,
hasta hundir nuestras raíces en él,
progeniando así acres y gibados frutos,
y desintegrándonos poco a poco, paso a paso,
hasta caer en la más absoluta postergación",
concluyó el suicida.

Y dicho esto, adentrose en la espesura de la niebla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario