El acto vomitivo
de que tu cuerpo no refleje
de que tu cuerpo no refleje
sino un resplandor difuso.
Las ondas que se crean en la desembocadura
del río a causa de ese mar
que reclama su vida,
su lirismo.
Sujete así el pincel
el pintor de las manos frías
y plasme su desalma.
Son las memorias de unos dedos
en corrosión, el feo desaire
dirigido al tiempo.
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