18 de enero de 2012

¿Quién ha matado a Dios?

¿Quién ha matado a Dios?
¿Qué loco asesinó al loco?
 
 
Extirpada la decencia,
una humanidad arremete
contra toda su creación.
¿Es finito el límite de nuestra arrogancia?
 
 
Resuenan los disparos plañideros.
¿qué sentencia hemos firmado?
El desfalco de nuestro bien más preciado.
 
 
Por mi culpa, por mi culpa,
solamente por mi culpa.
 
 
¡Necio! ¡Ingrato!
Las ideas nunca mueren:
los conceptos, si aceptados, son eternos.
 
 
¡Piensa, humano, sigue pensando!
Que la arrogancia no me ciegue,
que la tiniebla se ilumine,
que la decencia en su sitio quede.
Y prometo yo
que lo que una vez fue soñado,
creado y afirmado,
por mi jamás se enruede.

El acontecimiento más relevante de la historia de la Humanidad tuvo lugar el 16 de enero de 1918 en Moscú. Ese día, un tribunal popular presidido por el comisario de Instrucción Pública Anatoly Lunacharsky se instituyó como competente para juzgar a Dios por sus crímenes contra la Humanidad. Dios fue condenado a morir fusilado a las 6:30 horas del 17 de enero de 1918. Ni aplazamientos, ni apelaciones... nada de nada. La sentencia fue ejecutada por un pelotón de fusilamiento que disparó cinco ráfagas de ametralladora contra el cielo de Moscú...

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